Lo interesante de cada especie humana en el mundo es la diferenciación, aunque seamos similares somos distintos porque si no estaríamos extintos, somos especiales porque la razón y el corazón tienen una conexión capaz de crear un Big Bang dentro de nosotros. Pero ese Bing Bang -que en muchas de las ocasiones no sale de nuestro propio universo- se mantiene en nuestra imaginación, llegamos a sentirlo en las entrañas; algo similar al Eureka, una emoción al crear que nos sacude segundos hasta que la razón hace que esa energía cese, a eso le llamo “estómago que arde” o “emprendimiento que viene”.
Cada estudio en esta materia trata de encontrar si ser emprendedor, está o no relacionado a las cualidades de las personas, a un perfil psicológico; pero muchos de los resultados demuestran que no existe una persona enmarcada en un perfil de “emprendedor” porque un creativo, imaginativo e innovador también depende de su ambiente, del entorno en el que se encuentra, de sus posibilidades, de cómo juega su mente, cómo se intensifican sus latidos y principalmente cómo procede con sus accionar, por ejemplo; existen personas con recursos insuficientes que alcanzan objetivos increíbles, logran utilidades y llegan a la cima, otras en circunstancias favorables- como una herencia monetaria o ganarse la lotería- llevan ese pequeño proyecto a una quiebra inevitable. Hay quienes tienen una actitud y perseverancia ante múltiples fracasos sin darse por vencidos cambiando de ruta para obtener el triunfo y otras personas con poca actitud y perseverancia se desprenden de esa idea inicial –posiblemente ya habiendo invertido pensamiento, tiempo y esfuerzo- para comenzar más rápidamente algo mejor y llegan al éxito en un corto plazo por su toma de decisiones en un ambiente plano emocionalmente; por eso no hay una fórmula única para ser emprendedor; no obstante existe el detonante dentro de cada persona, particular porque las conexiones son individuales en nuestro interior.
Cada decisión tiene su razón y corazón, le llamo la conexión de la mente y los latidos en los emprendedores, cada conexión es única y debe ser cercana así más interesante se vuelve el mundo por crear.
- La mente debe ser diferente al resto de otras
- El corazón debe sentir apasionadamente
- Las acciones deben ser notables
Como emprendedores debemos acercar la mente al corazón, no podemos crear proyectos jirafa, que tienen la cabeza lejos del latido, la mente debe escuchar noticias positivas, ser alimentada de programas de contenido valioso, información de bien para que el corazón vaya al mismo ritmo, con buena intensidad y puedan crear verdaderamente obras maestras porque “la mente condiciona al corazón y el corazón condiciona nuestras acciones”.
Pamela Chávez
Directora “Pequeñas Empresas, Grandes Ideas”
www.grandesideas.org